¿DÓNDE ESTÁN CASTELLI Y LARREA?
Juan José Castelli fue el Jefe del primer ejército enviado por la Junta de Mayo a luchar contra las fuerzas realistas que bajaban de Lima.
En el camino, haciendo honor a su jacobinismo, fusiló a Liniers y a sus cómplices en Córdoba.
Asistido como secretario por Bernardo de Monteagudo, un revolucionario tan apasionado como él, hostilizó al clero achacándole responsabilidad, por su alianza con la clase alta española, en los males de la colonización. Llevaron a cabo entonces algunas declaraciones y acciones que le ganaron a Castelli fama de herético, transformando la guerra de independencia en una guerra religiosa. Dicha aureola acompañó a Castelli en su regreso a Buenos Aires, siendo ésa uno de las acusaciones en el juicio a que fue sometido. Esa fue la causa de que a su temprana muerte ninguna iglesia le hiciera un lugar en sus camposantos hasta que por fin los jesuitas de San Ignacio de Loyola lo aceptaron. Pero con una condición: que el ataúd no luciera ninguna identificación, es decir la clandestinidad. Así sigue hasta ahora, a los pies de la imagen de San Judas Tadeo.
Otro integrante de la Junta de Mayo, Juan Larrea, terminó su vida cortándose la yugular con su navaja de afeitar. Considerado un grave e imperdonable pecado mortal no tenía derecho a un enterratorio cristiano por lo que se lo depositó en alguna zona marginal del cementerio de la Recoleta. Con la consecuencia de que en alguna de las reformas se perdió la pista de su ataúd.