Acta de Rancagua – 2 de abril de 1820
Rancagua Chile
Renuncia de San Martin al Ejército de los Andes
Reafirmación de su condición de Jefe por parte de sus Oficiales
Como consecuencia de la derrota sufrida por Rondeau y los jefes de Buenos Aires en la batalla de Cepeda, que trajo como corolario la desaparición del poder central representado por el Directorio, San Martin sume que se encuentra al mando de un ejercito que responde a un estado que ha dejado de existir.
Por lo que presenta su renuncia al mando del Ejercito de Los Andes desde Santiago de Chile, lo hace en forma manuscrita y en un documento que deberá abrirse ante todos los Oficiales y Jefes del Ejercito de los Andes, el lugar que se elige para éste acto es el Canton de Rancagua y allí se decide reafirmar a San Martin como líder.
Actas extraídas de http://dirpolimodal.mendoza.edu.ar/sanmartin/obra/renuncia/ren11.htm
Oficio del General en Jefe del Ejército de los Andes, Coronel Mayor D. José de San Martin, al Jefe del Estado Mayor del mismo, Coronel D. Juan Gregorio de las Heras, en el que renuncia al mando de dicho Ejército. Santiago de Chile, 26 de marzo de 1820.
(Sobre):Al señor coronel don Gregorio de Las Heras, jefe del Estado Mayor del Ejército Expedicionario.
Este pliego no se abrirá hasta que se hallen reunidos todos los señores oficiales del Ejército de los Andes y solo a su presencia se verificará.
San Martín
El Congreso y Director Supremo de las Provincias Unidas no existen: de estas autoridades emanaba la mía de general en Jefe del Ejército de los Andes; y de consiguiente creo de mi deber y obligación el manifestarlo al cuerpo de oficiales del ejército de los Andes para que ellos por sí, y bajo su espontánea voluntad nombren un General en Jefe que deba mandarlos y dirigirlos, y salvar por este medio los riesgos que amenazan a la libertad de América. Me atrevo a afirmar que ésta se consolidará no obstante las críticas circunstancias en que nos hallamos, si conserva como no dudo las virtudes que hasta aquí lo han distinguido: para conseguir este feliz efecto deberán observarse los artículos siguientes:
- El Jefe más antiguo del Ejército de los Andes reunirá al cuerpo de oficiales en un punto cómodo, y el más espacioso que se encuentre. dando principio a la lectura de este manifiesto.
- Reunidos todos procederá a escribir su votación para genera en jefe en una papeleta verificándolo uno a uno, la que depositaría el algún cajón o saco que se llevará al efecto;
- Finalizada esta votación se pasará al escrutinio que deberás presenciar el jefe principal y el capitán más antiguo de cada cuerpo; dicho escrutinio se hará a presencia de todos;
- Se prohibe toda discusión que pueda preparar el ánimo en favor de algún individuo;
- En el momento de concluido el escrutinio se tirará una acta que acredite el nombramiento del elegido, la que firmarán todos los jefes y el oficial más antiguo por clase.
- En el momento de verificada la elección, se dará a reconocer el nuevo nombrado por un bando solemne, y por un saludo de 15 cañonazos.
Estoy bien cerciorado del honor y patriotismo que adorna a todo oficial del Ejército de los Andes, sin embargo, como jefe que he sido de él y como compañero me tomo la libertad de recordarles que de la íntima unión de nuestros sentimientos pende la libertad de la América del Sur. A todos es bien conocido el estado deplorable de mi salud, ésta me imposibilita el entregarme con la contracción que es indispensable en los trabajos que demanda el empleo, pero no de ayudar con mis cortas luces y mi persona en cualquier situación en que me halle a mi patria y compañeros.
Santiago de Chile, 26 de marzo de 1820
José de San Martín
Acta de la reunión celebrada por los señores Jefes y Oficiales del Ejército de los Andes, en la que rechazaron la renuncia que elevó el Coronel Mayor D. José de San Martín al mando de dicho ejército. Rancagua, 2 de abril de 1820.
Don Juan Paz del Castillo, coronel de ejércitos y segundo jefe de estado mayor del expedicionario.
Certifico que el 2 de abril de 1820 a las 6,30 de la tarde se abrió el pliego que contenía este sobre a presencia de todos los jefes y oficiales del ejército, a presencia del señor coronel jefe del Estado Mayor y Comandante General interino y se procedió a su lectura.
Juan Paz del Castillo
ACTA
En la ciudad de Rancagua, a 2 de abril de 1820, reunidos todos los señores jefes y oficiales del Ejército de los Andes en la casa del Estado Mayor a presencia del señor Coronel Jefe del Estado Mayor del Ejército Expedicionario, y Comandante General del mismo, se abrió un pliego rotulado para dicho señor y dirigido por S. E. el señor General en Jefe, con expresión en el lema de no romper el sobre hasta no estar reunida toda la oficialidad, y procediéndose a su lectura por el señor comandante general, concluyó y se procedió a la votación según está prevenida para elegir nuevo jefe en virtud de no existir el gobierno que nombró al presente, y como en el mismo acto tomase la palabra el señor coronel comandante del número 8 don Enrique Martínez y expusiera que no debía procederse a la votación por ser nulo el fundamento que para ella se daba de haber caducado la autoridad del señor general, fue preciso considerar esta objeción, que, al mismo tiempo reprodujeron los señores coroneles don Mariano Necochea, don Pedro Conde y don Rudecindo Alvarado, y proceder después a la votación de los señores oficiales que unánimemente convinieron en lo mismo quedando de consiguiente sentado como base y principio que la autoridad que recibió el señor general para hacer la guerra a los españoles y adelantar la felicidad del país, no ha caducado, ni puede caducar, porque su origen, que es la salud del pueblo, es inmutable. En esta inteligencia, si por algún accidente o circunstancia inesperada, faltase por muerte o enfermedad el actual, debe seguirse en la sucesión del mando el jefe que continúe en el próximo inmediato grado del mismo ejército de los Andes y para constancia lo firmaron un oficial más antiguo de cada clase en todos los cuerpos y todos los señores jefes:
Batallón de Artillería: Manuel Herrera, comandante. Francisco Díaz, sargento mayor. Eugenio Girout, capitán. José Olavarría, teniente. Hilario Cabrera, ayudante.
Granaderos a caballo: Nicasio Ramallo, comandante. Benjamín Viel, comandante de escuadrón. Juan O’Brien, sargento mayor. Bernardino Escribano, capitán. Pedro Ramos, teniente. Antonio Espinosa, alférez.
Batallón número 7: Pedro Conde, comandante. Cirilo Correa, sargento mayor. Félíx Villota, capitán. Míguel Cortés, teniente.
Batallón número 8: Enrique Martínez, comandante. Manuel Nazar, capitán. Niceto Vega, teniente. José del Castillo, subteniente.
Batallón número ll: Ramón Antonio Dehewa, capitán, comandante accidental. José Nicolás de Arriola, capitán. Manuel Castro, teniente. José Ignacio Plaza, subteniente.
Cazadores a caballo: Mariano Necochea, comandante. Rufino Guído, sargento mayor. Manuel José Soler, capitán. Pedro Ramírez, teniente. Manuel Lacruz, alférez.
Estado Mayor General: Juan Gregorio de las Heras, Jefe del Estado Mayor. Juan Paz del Castillo, segundo jefe. Rudecindo Alvarado, coronel. Juan José de Quesada, teniente coronel. Luciano Cuenca, sargento mayor. Francisco de Sales Guillermo, ayudante secretario. Javier Antonio úedina, oficial ordenanza. Juan Andrés Delgado, secretario.
DECRETO
Rancagua, 2 de abril de 1820
El segundo jefe del estado mayor dispondr se saque una copia autorizada de esta acta que se me pasará para fines del servicio y la original con los demás documentos relativos. Archívese para constancia en la oficina de su cargo.
Juan Gregorio de las Heras
Don Juan Paz del Castillo, coronel del ejército y segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército Expedicionario.
Rancagua, 2 de abril de 1820.
Juan Paz del Castillo Segundo Jefe del Estado Mayor
Oficio del Jefe del Estado Mayor del Ejército Expedicionario, Coronel D. Juan Gregorio de las Heras, al General en Jefe del mismo, Coronel Mayor D. José de San Martín, con el que comunica haber dado cumplimiento a lo ordenado en el oficio del 26 de marzo, e informa el resultado de la reunión verificada el día 2 de abril. Rancagua, 3 de abril de 1820.
Cantón de Rancagua, 3 de abril de 1820
Excelentísimo señor Capitán General y en Jefe del Ejército Expedicionario.
Excelentísimo señor:
Cumpliendo con la orden de V. E. según comunicación de 30 del pasado, verifiqué la apertura del pliego cerrado ante la oficialidad del ejército según consta del documento número 1 y su resultado se demuestra por el número 2 que en copia certificada también acompaño.
Al asegurar a V.E. el orden que se observó en este acto por la oficialidad del ejército debo agregar la sorpresa que causó el contenido de la citada nota, y añadir que se dejó ver bien el justo sentimiento que le causaba la idea que V. E., pudiera desconfiar de su subordinación y respeto, u olvidar alguna vez sus sacrificios en obsequio de la causa común del país.
Tengo el honor de ofrecer a V. E. la más justa consideración de mi distinguido aprecio.
Juan Gregorio de Las Heras
Carta del Coronel D. Juan Gregorio de las Heras, al Coronel Mayor D. José de San Martín, en la que hace manifestaciones en tono confidencial acerca de la renuncia del Libertador al mando del Ejército Expedicionario. Rancagua, 3 de abril de 1820.
Rancagua, 3 de abril de 1820
Señor den José de San Martín.
Mi apreciado general:
El sábado a las 9,30 de la mañana llegamos con Alvarado con toda felicidad; ayer fuí reconocido en la orden y por la tarde cumplí con los encargos de usted.
A la verdad, mi general, yo nunca hubiera creído que usted me hubiera puesto en tanto y tamaño apuro: en fin, ya está hecho, y por el resultado se acabará usted de convencer qué clase de sujetos son sus amigos, y si he de hablar a usted la verdad, están tan resentidos que les he oído hablar de un modo decidido y fuerte; se creen agraviados porque con el paso dado por usted ellos están en la necesidad de tener que hacer otro tanto por su parte cada uno.
Hoy es reconocido Alvarado y demás, mañana es el bando de indulto y la festividad, sermón, etc., para el 5 ya está preparado.
Deseo que usted se alivie y venga cuanto antes, mandando en el interín lo que guste a su siempre afectísimo,
Juan Gregorio de las Heras