Un papel en el viento

(Un ambiente cerrado en los cuatro costados. Paredes con humedad. Un pesado armario de metal contra una pared. Cuchetas. Una claraboya alta. Es un encierro, no una prisión. Esto es importante: no es una celda)

 

BILL: Cuarenta años, buena apariencia, vestido a la moda. Algo cínico.
MÓNICA: Travesti. Edad indefinida. Maquillada con exceso. Ropa ordinaria, ajustada.
DIEGO: Veinticinco años, reo, camiseta de club de futbol indefinible. Algo ingenuo.
RENÉ: Sesenta años, formal, traje y corbata. “Señorial” a su manera.

(Están lxs cuatro en escena. Inspeccionan el lugar. Súbitamente se escucha una voz de elevado volumen, muy imperativa y autoritaria. No se entiende lo que dice. Puede usarse una grabación de un discurso de Hitler. Lxs cuatro se sobrecogen) 

MÓNICA (en voz baja) Si lo que se propone es asustarnos lo logra. 

A mí me hace cagar de miedo

DIEGO No sos la única

BILL:    Daría cualquier cosa por salir de aquí.

RENE:  Esta covacha es peor que la que teníamos antes, más húmeda, se ve  que hace tiempo que no la ocupaba nadie. ¿Por qué le dirán la tumba de Lorenzo?   

DIEGO: Vaya a saber quién fue…

RENÉ  A mí me parece que es un poco más chica.

BILL: ¿Por qué nos habrán cambiado?

MÓNICA:    No creo que sea para hacernos un favor… 

RENÉ:      No vamos a salir de aquí hasta que a cada uno le llegue su turno. No lo decidimos nosotros. 

DIEGO:   Ojalá lo decidiéramos nosotros.

(Silencio)

MÓNICA:    (a Bill) Si consiguiéramos salir, ¿me darías bolilla?.

BILL:   ¿Otra vez? (sin mirarla) No hinchés las pelotas (Mónica se aleja con un mohín de disgusto).

DIEGO (molesto) Siempre tan fino

RENÉ: Ya perdí la noción del tiempo.  

BILL  A lo mejor estuvimos encerrados siempre y no nos dimos cuenta. Como si lo que recordamos como real no fuera más que una película. Una mala película.

RENÉ Un sueño  diría Borges

BILL No, una película, más berreta que un sueño. Borges era muy finoli.

RENÉ Yo no pagaría para ver la mía

MONICA:    (arranca una tira de una toalla para trenzar una cuerda que mide ya  varios metros) ¿Se acuerdan cuando el tiempo tenía meses, días, horas? 

BILL Por lo menos estamos vivos, no es poco…

DIEGO Es poco

(Es evidente que entre Bill y Diego hay animosidad)

MÓNICA ¿Qué estará haciendo mi viejita?.

DIEGO:    (bromista)  Esa cuerda ya te sirve para ahorcarte.

MONICA: No lo digas en chiste que ganas no me faltan     

DIEGO : Si fuera cierto que después de esta vida hay otras no estaría mal probarlo. Peor no nos va a ir

RENÉ Estoy seguro de que sería igual a ésta, nos pasarían las mismas cosas. Del infierno no se sale.

BILL (hiriente):    Por lo menos podría venir a visitarte.

MONICA: ¿Quién?  

BILL Tu viejita

MÓNICA ¿De qué hablás ¿ Quién viene a visitarnos?  ¿Cómo se te ocurre? (herida) Además vive lejos  (busca en un bolsillo y no encuentra) Suerte que me escribió la semana pasada, si no pensaría que está muerta (sigue buscando) La pensión no le alcanza para nada, está trabajando por horas. Pobre, con su reuma…

DIEGO (tierno) No sigas buscando, Moni, ya no hay cartas (toma un celular) Para lo único que sirven es para comunicarnos entre nosotros (aprieta una tecla y suena el celular de Mónica quien lo apaga sin atender)

BILL:   A mí me gustaría estar en la miseria, anciano, con reuma pero afuera. Nosotros estamos afuera del afuera. Ocho.

(Los números remiten a relatos que de tan repetidos y previsibles han decidido numerarlos. Chequean en papeles o libretas a qué corresponde cada número. En algunos casos lo recuerdan de memoria) 

RENÉ: Si quiere contar el ocho cuéntelo

 MÓNICA Sí , Bill, te escuchamos

BILL (compungido) Yo no debería estar aquí 

RENÉ Nadie se merece esto (pausa) Quizás si

BILL: Yo estoy harto de escucharme, me imagino ustedes 

DIEGO (hiriente): Hartos es poco

RENÉ Lo mejor que podemos hacer es escucharnos. Poner en palabras lo que a uno lo aflige hace bien.

BILL:    Era…  soy bueno en lo mío. Por eso mis amigos me pusieron lo de Bill, por Bill Gates

DIEGO  Pero te tentaste y …

RENE Ese es el diecisiete, Diego, no mezclemos los recuerdos. Estamos con el ocho.

BILL (como si no lo escuchara ) Hoy no tengo ganas de recordar. Y bueno aquí estoy… en realidad no se dónde mierda estoy. 

RENÉ: Me gustaría saber dónde estamos

BILL:    En el afuera del afuera, ya lo dije

DIEGO: Adentro

BILL No es lo mismo

MÓNICA Si no hay afuera nada tiene sentido. 

BILL; Tiene sentido la incertidumbre. Nuestro motor es la incertidumbre

RENÉ (a BILL) Lástima que no pudo seguir 

BILL (triste) Me cagué la vida 

RENE: A lo mejor no podía hacer otra cosa

BILL Una mala decisión

MÓNICA Me parece que el cambio de tumba los está haciendo pensar demasiado. Yo no creo haber decidido nunca nada. 

RENE (orgulloso) Catorce

MÓNICA   Hubiera sido mejor que se recibiera. 

RENE (algo molesto) El infarto no pregunta si sos médico o no.

DIEGO:    A los que los agarra un infarto se mueren seguro. Una tía mía, la Maruja, se murió de eso, Porque era pobre, si hubiera sido rica se salvaba

RENÉ Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte. 

BILL (hiriente) Lo suyo es curandería 

RENE: (tocado)    Llámelo como quiera

MONICA:    (siempre trenzando la cuerda) En la universidad algo se aprende… 

RENE Las cosas no son fáciles para el hijo de un carpintero …

DIEGO (completa la frase, imitándolo)  ,,, además me negué a afiliarme al partido del gobierno

BILL Una firmita  

RENÉ Cuestión de principios.

BILL (simula alcanzarle un papel para firmar) Una firmita nada más 

RENÉ Nada menos

BILL Tipo raro usted doc

MÓNICA   Veintitrés 

DIEGO (consulta su ayuda memoria) La vieja de la peritonitis

RENE (molesto) Eso no sé de dónde salió 

BILL Usted lo contó

RENÉ Hay recuerdos que deberían borrarse, el olvido debería ser voluntario. Quiero olvidarme de esto y chau, no me acuerdo más. Dios nos cagó no sólo con la muerte sino también con la memoria  

MÓNICA Si algún día lo encuentro le preguntaría unas cuantas cosas. Es él el que va a tener que rendir cuentas

(Silencio)

RENÉ:  Me hubiera gustado ser investigador, descubrir algo importante

MÓNICA Es difícil hacer algo importante

BILL: Veintitrés

RENE (amoscado) Así fue, aunque sepa más de medicina que muchos que andan por ahí haciendo daño con una cartulina enmarcada.

BILL (punzante)  Tordo, ¿eso le sirve como consuelo?

RENÉ (tocado) No mucho

(Silencio. Bill observa atentamente una inscripción  en la descascarada pared. La tantea con sus dedos. Los demás acuden, curiosos)

BILL:    ¿Esto lo habrá escrito el tal  Lorenzo?… No logro descifrar lo que dice. “Míster  mumú”, o algo así. 

RENÉ;  No se entiende lo que sigue. Está casi totalmente borrada

DIEGO:     En las canchas,  en los entretiempos, aparecían los muñecos de los caramelos “mumú”, eran grandes, inmensos, y tenían forma  de  caramelo masticable gigante.

BILL : Eso fue hace mucho

MÓNICA : Vos no debías haber nacido

DIEGO: Entonces me lo contaron mis viejos

RENE:    Además  no eran “mumú”, eran “sugus”.

DIEGO: ¿Vieron? A veces entre lo que te cuentan y lo que vivís de veras para la memoria no hay diferencia

MÓNICA Porque la memoria es algo así como que vos mismo … (se confunde) esperá… como que vos mismo te contás la cosa

BILL (irónico) Pará, pará, no sigás pensando que te va a dar algo

MONICA (reacciona ofendida) Sí, porque vos sos tan inteligente, los hombres son tanto mas inteligentes que las mujeres

(Silencio) 

DIEGO:    (tocándose la pierna izquierda) Va a llover…

MONICA:    (coqueta) ¿Te duele, Dieguito?

DIEGO:    (acércándose deseante a Mónica) Jum…

BILL:    (amenazante) Ojo…

DIEGO:    (rabioso, lo encara) No me jodás, ahora resulta que no me puedo mover

BILL:    No te metás con ella.

DIEGO:    ¿Acaso tengo que pedirte permiso, eh?.

BILL:    ( zamarrea a “Mónica”) Vos, dejá de calentarlo.

MONICA:    (dolorida, indignada) Estás en pedo vos, cómo me hacés eso? La próxima vez que me toques … yo no le hago nada, es él el que no se la banca (vuelve a sentarse y reinicia el trenzado de la larga cuerda. A Diego, forzadamente conmiserativa) Yo te entiendo, Dieguito, no es fácil…Si pudiera hacer algo…

RENE:    (paternal) Por favor, muchachos… Ya demasiado infierno es estar encerrados en esta ratonera infecta…

(Vuelve a escucharse la arenga nazi)

MONICA (cuando hablan del supuesto opresor bajan la voz)    ¿Saben en lo que me distraigo de noche, cuando no puedo domir? En imaginar lo que le voy a hacer (señala hacia el cielo con su pulgar) cuando me lo encuentre afuera… Eso es lo único que me mantiene viva aquí, la venganza.

RENE: ¿Es una persona, son varios?

BILL : ¿Alguna vez lo vamos a conocer?

MONICA:        (busca la carta de su madre, no la encuentra) ¡Le arrancó la última hoja!, ¡el hijo de puta le arrancó la última hoja! (llora) Seguro que en ella mami me mandaba besos y me decía que me quiere mucho 

DIEGO (comprensivo) y que te perdona…

MÓNICA Y que me perdona

RENE:    Hoy me pareció ver el gargajo

BILL:    (fastidiado) Acábela con lo del gargajo, “tordo”.

RENE:    Había una espumita en la sopa… (su expresión se deforma por el   asco).

BILL:    A usted le pareció escuchar que nos escupe la comida, pero fue el único

DIEGO:    Algunas veces lo habrá hecho, seguro, yo lo hacía cuando ayudaba a un tío en su bar y el tipo tenía cara de no dejar propina.

RENÉ:    (asqueado) Dijo que lo hacía siempre.

(Silencio)

MONICA:    (a Rene) ¿Diecinueve?

DIEGO:    (cómico) Que le inyecte una peritonitis así lo manda al otro mundo    (todos  ríen, René también).

MÓNICA:    En vez de cinco gotitas, veinte y chau, si te he visto no me acuerdo.

BILL:    Pero que sufra mucho…

RENE Lo pensé mucho y esperaría a que se enferme gravemente y entonces lo operaría y le salvaría la vida.

BILL: Usted es un ingenuo, el sentimiento de culpa se extinguió entre los seres humanos. El coso ése va a pensar que usted es un pelotudo y va a seguir haciendo lo mismo. Más sano, eso sí. 


MONICA: Si existe. 

BILL : Existe

MÓNICA: Nos alivia pensar que existe

BILL: Si no existe estamos jodidos

MÓNICA : Necesitamos que exista, si no ¿qué mierda hacemos aquí?

 (Silencio largo)

MÓNICA (abandonando momentáneamente el obsesivo trenzado) Estás muy callado, Dieguito. 

DIEGO Pienso…

MÓNICA ¿Qué pensás? 

DIEGO  Que al final el mundo era ésto. El viejo me lo pintaba en tecnicolor. Estadios llenos, autógrafos, selfis… Pero al final es esto, ustedes y las paredes.  

MÓNICA Y lo que recordamos, 

DIEGO (dubitativo) Lo que recordamos… 

MÓNICA Vos jugaste al fútbol, de eso no hay dudas. Eso pasó

DIEGO:    (pensativo, rabioso)  En el cole nos hacían aprender un verso que decía que la vida es un sueño. 

BILL: Una película clase B, ya te lo dije 

DIEGO: Es una pesadilla…A mí la bronca se me fue volviendo tristeza , no resignación como a usted, tordo

BILL Te empujaron de un colectivo (Diego hace un gesto de fastidio)  

RENÉ Eso lo contó usted, Diego, el tema número 30 o 31, no recuerdo bien.

Bill Treinta

RENÉ:    (a Diego ) Cada vez está más claro que lo suyo estaba planificado de antes. Se lo hicieron a propósito. 

DIEGO:   Era la final.

BILL (sigue el otro relato) Volvían de la cancha.

RENE Usted era el mejor. La posibilidad de ganar. O la casi seguridad de perder para el adversario.

DIEGO:  Ya en el primer tiempo me lo había avisado, “si entrás otra vez al área, despedite del fulbol”. 

BILL El colectivo lleno

RENE: También habían planificado que el objetivo era su pierna hábil, la zurda.

MÓNICA:  No deberías de haberle hecho ese “caño”. 

DIEGO (orgulloso) Lo dejé en ridículo. Se cayó de culo.

RENE:    (pontificando) Uno tiene que aspirar siempre a lo mejor, para eso Dios nos puso en la tierra. Usted jugaba demasiado bien, Diego, nunca hay que hacer nada demasiado bien. Es peligroso

BILL Habían ganado y los muchachos estaban excitados…

 RENÉ Hizo bien, Diego, en tirar ese “caño”. Fue como no haber firmado la ficha de afiliación

MÓNICA Cuando pienso en esa señora , pobrecita

RENÉ ¿Qué señora?

MÓNICA La de la peritonitis 


RENÉ (disgustado) ¿Qué tiene que ver?

MÓNICA : No sé, me acordé

DIEGO:    La hinchada gritó “ ¡olé!”… Me querían mucho, a la salida de los partidos me palmeaban y me decían “bien pibe, vos vas a llegar”.

BILL:   Si te sirve de consuelo, a todos nos tocó ir en el estribo de un colectivo y nos empujaron

MONICA:    Un ruido como si se quebrara una rama gruesa. Siempre lo contás así.

DIEGO:    Se escuchó a dos cuadras del estadio, se escuchó.

RENE:    Una pregunta, Diego, que nunca le hice: el árbitro ¿cobró el fau?

DIEGO (se esfuerza por recordar) No sé, me parece que no había árbitro 

RENÉ Raro

DIEGO Y la cancha era inmensa. Había vacas…no puede haber habido vacas

MONICA:   ¿Qué fue peor? ¿La patada o el yeso? .

DIEGO . Tampoco me acuerdo del yeso. De lo que más me acuerdo es del llanto de mi padre. Un llanto mezclado con furia

RENE:  Amnesia selectiva

BILL (sibilino, hiriente) No es fácil recordar lo que no sucedió.

(Silencio) 

MÓNICA:    (reinicíando su trabajo con la cuerda) Yo sí cumplí con mi objetivo… sobrevivir. Puto, feo y pobre. Una proeza.

DIEGO A vos te hubiera gustado ser artista (Mónica hace un mohín de resignación) Tenías con… tenés condiciones 

(Slencio) 

RENÉ Siempre hablamos de lo mismo. Hicimos bien en ponerle números.

BILL:   A propósito quince. 

DIEGO No, no, eso no

BILL Entonces diecinueve

DIEGO Vos tenés ganas de joderme

BILL (a Mónica) y vos termínala con la cuerda esa que me ponés nervioso.

MONICA:    Para algo va a servir. En las películas se escapan así (mimosa) Si salieras… (se corrige) cuando salgas de aquí ¿qué es lo primero que harías?.

BILL:    Lo pensé tantas veces… Me como una pizza, me meto en un cine del centro y después me voy a caminar por la playa, un día entero caminando sobre la arena. Muchas veces sueño con la sensación de la arena bajo las plantas de los pies… Cuando era libre no le dí importancia a eso, nunca me dí cuenta de que me importaba tanto.

DIEGO:    A mi me pasa lo mismo, nunca me di cuenta de lo que me importaba charlar con el viejo.

RENE:    ¿Su padre? Nunca lo ví a su padre.

DIEGO:   Nunca me perdonó ese caño, nunca.

BILL:    A mí tampoco. No me perdonó que yo fracasara como él.  

DIEGO:   . Se había hecho muchas ilusiones conmigo… pobre viejo. Estaba convencido de que iba a jugar en la selección y que me iba a comprar un equipo europeo. Me preguntaba “si tuvieras que elegir entre el Barsa y el Real, ¿cuál elegirías?  

RENE:    Los padres creen que lo hijos nacen para enmendar sus fracasos 

DIEGO  Me decía “deberías haber hecho caso a las amenazas, te lo dije, no deberías de haber jugado, estaba cantado”, se agarraba la cabeza, “encima ese caño” (desconsolado) Encima ese caño, decía

RENÉ: Un caño que marcó su vida.

BILL: Un empujón que marcó su vida

(Silencio) 

MONICA (A René) ¿Veintidos? 


RENE:    Esa es una convención social. En otras culturas a los médicos no les piden título, les piden que sean sabios, que inspiren respeto.

MONICA:    (irónica) Los brujos.

RENE: Estaba obligado a ser muy minucioso en la anamnesis, que nada se me escapase

MÓNICA Una gripe puede transformarse en una peritonitis en una noche    

DIEGO: No me iba a ver a la cancha, de tan nervioso que se ponía. 

MÓNICA ¿Después?

DIEGO Después no quiso vivir más

(Mónica parece querer consolarlo. Mira hacia Bill y ante su mirada seria se contiene).

RENE:    Usted no tiene la culpa de jugar demasiado bien. 

MONICA: Alguien dijo que el infierno es el otro, o algo así.

RENÉ El infierno son los otros, Sartre. 

BILL (irónico a DIEGO) ¿Le viste la cara al que te empujó? 

DIEGO (disgustado) ¿De qué hablás?   

(Otra vez  se escucha  la voz nazi. Los cuatro se cuadran y
  escuchan en silencio con actitud sumisa)

RENE:         (con preocupación)  Está enojado.

DIEGO:        Es una grabación, estoy convencido de que es una grabación

(Silencio)

MÓNICA:      No se hagan los sotas. Bien saben que lo dijo por mí y tiene razón

BILL:    No jodás, Mónica

MONICA:    Esta gente odia a los putos. Estoy esperando el día que alguien venga y me lleven para… (solloza aterrada) 

BILL:   Nadie va a venir

MÓNICA ¿Y si viene? 

BILL Nunca viene nadie. Nunca. Nadie.

MÓNICA Igual tengo miedo

BILL Sos una boluda

DIEGO (lo encara) ¿No te das cuenta de que la está pasando mal? ¿Qué ganás con insultarla? ¿Te sentís más macho? 

BILL:    Vos no te metás.

DIEGO:    Yo me meto donde quiero (Diego parece dispuesto a saltar encima de Bill que lo espera en guardia boxística. Mónica se interpone. A Mónica) Y vos cómo puede ser que lo quieras a esta m…

MONICA:    No se peleen, por favor chicos, no se peleen. Tenemos que mantener la calma.

RENE:    Lo que ellos quieren es que nos destruyamos entre nosotros y que les ahorremos el trabajo.

MONICA:    Ellos, quién carajo son ellos. No hay ellos. Ellos somos nosotros, no se hagan los boludos (vuelve a ponerse la peluca y comienza a cantar o a bailar o a recitar, depende de la actriz que interpreta el papel.  No importa que lo haga bien.   Diego festeja. Rene y Bill no le prestan mucha atención. Lo han visto y escuchado muchas veces)

(Mónica termina)

DIEGO ¡Bravo! … muy bien.

MONICA (halagada) Me hubiera gustado ser artista. En el cole se burlaban de mí y eso me inhibió.

DIEGO Te hacían … (no encuentra la palabra)

BILL Bullying

DIEGO Eso

RENÉ En mis tiempos se decía te agarraron de punto

MONICA Ahora sería distinto. Hubiera podido estudiar canto, baile… Mami decía que se me iba a notar mucho (desolada) ¡Notar mucho!

DIEGO Tenés talento

MÓNICA (sonrojada) Andá

DIEGO  Te juro

RENE:     (Se trepa al banco y mira hacia el exterior) En la tumba anterior al menos se veía la copa de un  fresno. Era un fresno americano porque en otoño se ponía amarillo.

BILL: Además la claraboya era más grande.

DIEGO:    Era igual, un poco más cuadrada.

BILL:    Más grande, Diego, no me llevés la contra

(silencio) 

RENE:    Ha pasado un día más.

BILL:    Esperar, es lo único que podemos hacer.

RENE:     Es lo que mejor hacemos

MÓNICA; Como si el tiempo no fuera tiempo, como si fuera… (no encuentra la palabra) 

BILL; Yo lo tengo adherido a la piel, como humedad  

MONICA:    (suspira) El gran día… Yo ya casi no pienso en eso.

(Diego comienza a sollozar con fuerza. Los demás se sorprenden).

BILL:    ¿Qué pasa, che?

RENE:    Debe de estar acordándose.

MONICA:    (se sienta a su lado, enternecida) ¿Qué pasa Dieguito? (súbitamente, en un impulso Diego se abraza a Mónica, y ésta trata de desembarazarse. Bill la ayuda, disgustado).

DIEGO: Mónica te quiero,  te adoro (llora abiertamente) No puedo tolerarlo, me rompe el alma (largo silencio. Bill y Mónica están abrazados) Cada noche me parece que me voy a morir, los oigo coger y me siento morir… quiero cerrar los ojos pero es más fuerte que yo, los abro y los veo y …

RENE:    (le pone una mano sobre el hombro) Yo sé que usted sufre mucho, Diego.

BILL (irónico)   Podríamos ponerle un número 

DIEGO:    No sé, a veces pensé en pedir traslado, pero…

BILL (burlón) ¿Traslado? ¿A dónde? ¿Pedir a quién? 

MONICA (intentando ser cómica) La “tumba de Lorenzo” es la mejor (imita un jingle sin mayor éxito).

RENE:    ¿Algún día sabremos quien fue Lorenzo…? (escéptica) Eso de que desapareció sin dejar rastros… jum

MONICA: Una mentira que encubre algo

BILL: (trata de descifrar la inscripción en  la pared) “Míster mumú”  después apenas se lee “est” o algo así. Quizás no tenga ningún sentido, a lo mejor quien lo escribió se volvió loco.

MONICA:     Lorenzo.

BILL:     No es difícil volverse loco aquí

RENÉ:    Yo tengo mi hipótesis: es alguien a quien mataron y después hicieron desaparecer su cuerpo…

MONICA:   Dicen que una noche lo vieron subir al cielo aureolado de  luz muy fuerte y se escuchó algo así como un coro de ángeles. Quizás era un matías que dio su vida por la humanidad.

RENE:    ¿Un qué?

MONICA:    Uno de esos que son hijos de Dios

RENE:     Un mesías, querrá decir

BILL    A lo mejor era un terrorista

DIEGO (indignado) ¡ No digas esa palabra! A un tío mío que jugaba conmigo, era un santo, lo mataron porque lo acusaron de eso.  

MÓNICA: Yo le voy a rezar 

BILL(irónico)  ¿Al tío santo?

MONICA:          A Lorenzo. 

DIEGO:       ¿Hará milagros?

RENE:  Si Jesucristo volviera hoy a la tierra acabaría como nosotros. Baja del cielo y no lo crucifican. Judas no cumple con lo convenido. Sólo le queda recordar y esperar. Como nosotros. Un fracaso. Otro fracaso de Dios.

MONICA:    (iluminada) A lo mejor Lorenzo era Jesucristo y nosotros podríamos trabajar de … ¿como era?… de apóstoles

DIEGO: (angustiado) ¿Por qué no le rezamos y le pedimos que me ayude a sufrir menos?

RENÉ:    (chistoso) Podemos pedirle que se lo lleve a Bill al cielo.

BILL:   ( cruzando los dedos) Por qué no se va a la concha de su madre, tordo.

MONICA:   (entusiasmada, toma a Diego de la mano y ambos se arrodillan) Sí, vamos a pedirle por vos y también para que los cuatro podamos ser libres pronto. Vení, Bill , vos también, y usted, René (ambos se niegan)

(Mónica y Diego rezan con una unción sobreactuada)

DIEGO:    (termina, con entusiasmo)   ¡Ya está! ¡Lorenzo me dio la idea! Quiero que separemos las camas (señala la estantería de metal arrimada contra una de las paredes) que corramos ésto así por lo menos no los veo coger de noche 

MONICA:    (también entusiasmada, besando a Bill) ¡Sí, que bueno, las parejas deben tener intimidad! (se persigna) Cuando salga voy a elegir una iglesia en homenaje a Lorenzo

RENÉ: (corrige) Erigir

DIEGO:    Lo único que hay que hacer es correr esta mierda  para allá (intenta mover el armatoste pero sus fuerzas no alcanzan)

RENE:    Probemos, si no resulta volvemos atrás (los cuatro unen sus fuerzas y la estantería poco a poco va desplazándose, dejando al descubierto un hoyo en la pared. Los cuatro lo observan asombrados).

MÓNICA:    (en un susurro) ¿Qué es…?

RENÉ:    Parece un túnel, la boca de un túnel.

(Silencio. Los cuatro parecen hipnotizados)

DIEGO:    ¿Hasta dónde llegará?

MÓNICA:    (en trance) A la libertad. Eso fue lo que le pedí a Lorenzo.

RENÉ:    No creo que muy lejos.

MONICA:    Alguien tiene que averiguarlo…(se miran entre sí)

BILL:    Sorteemos.

RENE:    Es riesgoso, nadie va a convencerlos de que no lo cavamos nosotros.

MONICA:    ¡Lorenzo!

BILL:    Por eso desapareció.

RENE:    (esperanzado) Se escapó.

BILL:    O lo descubrieron y … (se corta la garganta con el canto de la mano).

(En un impulso Diego se introduce en el hoyo y desaparece, decidido. Los otros aguardan ansiosos, escuchan si alguien viene. Mónica retoma nerviosamente el trenzado de la cuerda)).

DIEGO:    (reaparece, habla con excitación, se sacude la ropa). Sí, me parece que llega hasta el exterior. Pude ver un resplandor al final del túnel.

RENE:    ¿No llegó hasta el final?

DIEGO:     (vacila) Me pareció que tenía que regresar  a contárselo a ustedes.

BILL:    ¿Y si fuese una trampa?

MONICA:   Más bien parece una investigación.  Como las de la tele. Nos usan de ratas. Estudian si salimos o nos quedamos.

DIEGO ( se engancha en la idea) Y nos miran a través de un espejo

BILL  (buscando) O de una cámara

(Silencio)

RENE:    ¿Cuáles son las consecuencias si uno se escapa y lo agarran?.

MÓNICA:  ¿Se imaginan la furia de… (señala con su pulgar hacia arriba)?

DIEGO Es una grabación

 

BILL:    Por eso es que los encargados de Lorenzo ocultaron el túnel e  inventaron lo de que subió al cielo.

(Sin decir palabra, los cuatro vuelven a poner  la pesada estantería en su lugar anterior. Silencio)

BILL:     Tenemos que pensar las cosas bien.

DIEGO:    No podemos equivocarnos.

 

MONICA:    Yo quiero salir, irme de esta mierda.

RENE:     (reflexivo)   Yo ya estoy acostumbrado a esta mierda del encierro,  estoy seguro de que ustedes también, habrá que ver si podremos habituarnos al afuera, nuestra experiencia es que es otra mierda

BILL: Está ahora claro que salir de esta ratonera depende de nosotros y no de otros 

RENE:   ¿Alguna vez pensaron que nadie nos encerró sino que fuimos nosotros los que nos metimos en la cueva como los topos? 

(Nadie lo escucha)

MONICA (afligida) Yo no quiero estar enjaulada, sepultada (tironeando a Bill) Vamos, amor, vamos …

BILL:    (desembarazándose de ella) Dejame tranquilo. 

MONICA:   Yo quiero vivir con vos en libertad, aunque sea un solo día,  poder hacernos el amor sin hacerlo sufrir a Diego… }

(Silencio. Nuevamente se escucha la estentórea voz. Los cuatro en posición de firmes y sumisos )

RENE:     Dijo algo de escaparse.
 

MONICA:    Dijo lo de siempre.

BILL:     A mí también me pareció escuchar eso. Y su tono era más amenazante que lo habitual.

DIEGO ¿No se dan cuenta que se escuchan las rayaduras? 

MÓNICA  No empecemos a volvernos locos. Lo que tenemos que hacer es escaparnos  de una vez.

(La luz del escenario se extingue gradualmente hasta la completa oscuridad. Se oye el prolongado jadeo de una apasionada relación sexual mezclado con gemidos y lloros. Nuevamente el escenario se ilumina)

MONICA (tejiendo la cuerda) ¿Se dan cuenta?  Pronto vamos a ser libres…

DIEGO:    (impulsivo) ¿Pronto?. Ya mismo, aquí no aguanto más. Me voy ya mismo (intenta mover el mueble que oculta el túnel pero no lo logra). Anoche fue un infierno (patea el armario) Esto no sirvió para una mierda. 

BILL:    Esperá, calmate. Aquí nadie puede jugarse por su cuenta porque las represalias caerían sobre los demás. Estamos obligados a ponernos de acuerdo.

RENE:    ¿Saben lo que vamos a extrañar cuando estemos afuera, luchando por la vida? Algo que a ninguno de nosotros les es fácil, por algo vinimos a parar aquí

MONICA:     Yo no voy a extrañar nada

RENE:    La previsibilidad.

DIEGO:    ¿La qué?

RENE:     Acá adentro uno sabe lo que va a pasar dentro de una hora, y mañana y dentro de un mes. Nada, no va a pasar nada. Es una mierda pero previsible. En cambio la libertad es imprevisible. ¿Estamos seguros de que afuera nos la vamos a arreglar como para tener un techo y comer todos los días?

MONICA:     ¿Estamos locos? Aparece la posibilidad de la libertad y lo único que se les ocurre es elogiar esta tumba de mierda. Basta de boludeces. Fuguémonos ya mismo. ¿Están de acuerdo?

RENE:    Mi opinión es que debemos esperar a la noche. Tendremos mayores posibilidades de no ser vistos

BILL:    ¿Qué dirán mis hijos cuando me vean aparecer?

MONICA:    (impaciente) Escapémonos ya, mi amorcito …

BILL:    (ajeno) ¿Me reconocerán? ¿Se alegrarán?

RENE:    Eso depende de lo que su madre les haya dicho de usted.

BILL:    Mara me quería mucho, estoy seguro… 

MÓNICA Diecinueve

BILL Quizá me siga queriendo. Pero era insoportable ser mi esposa

MÓNICA (irritada) Quedamos en que cuando se da el número no se sigue con el tema. ¡Diecinueve!

BILL La maltraté

MÓNICA Si la trataste como me tratas a mí te debe odiar

DIEGO Mara murió en el parto (revisa su lista) Es el diecinueve 

MONICA: (despechada) Lo único que me faltaba, tener que aguantar otra vez la historia de la esposa ejemplar…

BILL:     ¿Y si no me quieren ver? ¿Si me rechazan?   

MÓNICA Esa parte de tu vida ya fue, chau, ahora empezar una nueva  

(Diego intenta correr el mueble solo, sin éxito).

RENE:  ¿Cuarenta?

DIEGO: No sé, no importa, debe de estar en otra tumba como todos, deseando escapar. O afuera a la intemperie

RENÉ ¿Y si todas las tumbas tienen un túnel?

DIEGO  (atrapado por la idea. A los otros) Escuchen, dice el doc que todas las tumbas tiene un túnel.  

BILL (apunta hacia arriba) Cada una con su nazi correspondiente

MÓNICA Seguro que todos se escapan. Después los investigadores dicen un 85% de valientes se escapó, un 40% de cagones se quedó 

RENÉ La suma debe dar 100%

DIEGO Yo sé que hay que salir, no podemos no salir. Pero no es éso lo que más me preocupa…

MONICA:    (solidaria) Otra vez con éso, Dieguito, yo sé que vas a ser capaz de hacerte un camino

DIEGO:   (depresivo)  No sé…

MONICA:            Buscate un buen trabajo.  Ya te dije, poné una academia para enseñarles a jugar fútbol  a los pibes. Quién mejor que vos…

BILL:    Dicen que eso deja buena guita. Yo te puedo asesorar en los números.

DIEGO:     Estás en pedo. Vos me vas a chorear seguro

 

 BILL  Yo ya les conté donde debería estar yo… (se dispone a contar)

DIEGO  (impaciente) Otra vez. ¡Veintidos!  

BILL: Yo nací para eso. Ese era mi destino

DIEGO (rabioso) Dije veintidós ¿no escuchaste?

BILL (no le hace caso) No me animé. Creí que había tiempo para decidir. Y el tiempo es rencoroso. Cuando no hacés lo que tenés que hacer es cruel, muy cruel.  

MONICA:    (con un entusiasmo que transmite a Diego) Y le pedís a tu viejo que te ayude, que te atienda el bar… Y la escuelita se va a llamar…“Don Cosme”, como tu viejo (Diego sonríe feliz. Bill, celoso, se interpone entre ambos).

BILL:    La fuga será esta noche, cuando oscurezca, después de cenar.

MONICA:    (desolada) Yo no voy a aguantar hasta esta noche, mi mamá es muy viejita y está enferma… no sé… ¿a usted tordo qué le parece?¿Estará viva? Hace tanto tiempo… (René no le responde) 

DIEGO:     Hagamos lo siguiente: ahora nos piantamos Mónica y yo, que somos los más decididos. Y esta noche se las toman ustedes dos ¿eh?.

BILL:    (duro) Vos con tal de apoyártela inventás cualquier pretexto (a Mónica) Y vos dejate  de calentarlo a este pajero que en cuanto estemos afuera voy a hacer que se te pasen las ganas de hacerte la loquita (MÓNICA hace un ademán  de desagrado)

DIEGO:    (furioso) A mi no me decís pajero

RENE (abstraído en sus pensamientos)A mí me gustan esos millonarios que donan parte de sus fortunas con motivos altruistas.

MÓNICA (a Bill) ¿Qué necesidad hay de agredirlo al pibe? (BILL la fulmina con la mirada. MÓNICA le saca la lengua ) 

DIEGO No te preocupes, lo que dice me resbala (está claro que no es así)

RENÉ Investigaciones médicas, por ejemplo

BILL Yo lo hubiera hecho, estaba planeado

(Silencio. Es evidente que evitan tomar una decisión).

RENÉ:  (a Bill )¿Bill, qué vas a hacer cuándo salgas  de aquí? 

BILL Cometer los mismos errores…prolijamente, uno tras otro. Nuestros errores están en el ADN. Son señales particulares como la nariz o las orejas. 

RENE: A los países les pasa lo mismo. Fíjese en el nuestro, tiene los pies arruinados de tropezar siempre con la misma piedra 

MONICA:     Yo no estoy segura de estar aquí por un error. En todo caso el error es de Dios que me hizo así. ¿Ustedes se imaginan lo que es ser puto, y no poder disimularlo, en un pueblito de la provincia? No, no pueden imaginarlo. Han llegado a quemarme con un cigarrillo. Cuando pude escaparme a la ciudad decidí que no iba a luchar contra mi naturaleza y afrontar las consecuencias. No iba a esconder que soy puto, al contario, lo iba a exagerar. Y aquí estoy, putísimo, pero en paz con mi naturaleza.  

DIEGO: Deberías de haber sido artista. Hubieras sido buena.

(Mónica arranca con un torpe y entusiasta baile, canto o recitado)

DIEGO ) Una marquesina inmensa, con tu nombre

MONICA (se entusiama) Sí, si

DIEGO Un nombre artístico. Como…

MÓNICA : Yeni Astor. Siempre me gustó ése

Diego No está mal (como presentador ) ¡Señoras y señores, con ustedes Yeni Astor! (aplaude)

(Silencio prolongado)

RENE:    ¿Saben lo que voy a hacer esta noche cuando salgamos? Voy a alquilar una pieza en un buen hotel y me voy a dar una ducha con agua caliente y …

DIEGO:    (, interrumpe, soñador) ¡Una ducha con agua  caliente!… media hora bajo la ducha, media por lo menos, como después de los partidos. Aunque en no todos los vestuarios había agua caliente, los directivos se hacían el palco para ellos, el salón de fiestas, pero ahorraban en una caldera de mierda que no calentaba el agua. 

MÓNICA: ¿Qué hicieron  los dirigentes con lo de tu gamba?

DIEGO Llamaron a un especialista conocido y yo creí que era para atenderme, pero era para diagnosticar si lo mío era recuperable y no volvieron más. Se habían hecho muchas ilusiones con la guita que iban a cobrar cuando me vendieran. Todos sabían que yo iba para crack.

RENE:    Eso, media hora bajo la ducha. Después duermo hasta que se me antoje, y a la tarde voy a inscribirme en la Facultad.

DIEGO:    Por favor, “tordo”, ya es tarde para eso, es como si yo me fuera a probar a un club de primera

BILL:    Nuestras fotos van a estar en la televisión. Si salimos vivos.

DIEGO:    De todas maneras van a estar.

RENÉ :  Yo creí que el infierno era recordar lo banal y esperar lo que nunca llega. Lo que nosotros hacemos aquí. Pero veo que también es dudar, tener que elegir,   no saber lo que es bueno o malo para uno. Era mejor cuando creíamos que salir era decisión de otros. 

MONICA (a Bill, seductora) ¿Me llevás de secretaria ¿

DIEGO: ¡Ojo! No firmes nada porque te va a mandar en cana 

BILL: Si me sos infiel con este desperdicio (por Diego) … uno le tiene que tener mucha confianza a la secretaria

DIEGO:    Para ser un crack largué los estudios, ni los diarios leía. Mi viejo me despertaba en la madrugada y me hacía correr diez vueltas a la manzana, una cuadra picando y otra 

RENÉ Nueve 

DIEGO El iba en la bici, a la par,  feliz.. Está bien, nueve…(se resigna y se calla)

(Silencio).

MÓNICA Deberías estar en el Maracaná haciéndole un gol a Brasil

DIEGO (entusiasta) ¡Una final del Mundial!

BILL Y yo debería ser CEO de una empresa tecnológica internacional (a RENÉ) Y usted René investigador principal del instituto médico  más avanzado

RENÉ (ilusionado) Lo haría muy bien, estoy seguro

BILL (a MONICA) Y vos Yeni no sé cuanto. Ninguno está dónde debería estar  

RENÉ Debería figurar en el documento nacional de identidad, qué nos hubiera gustador hacer y qué hacemos, quién nos hubiera gustado ser y quien somos. 

BILL Documento Nacional de la  Frustración 

DIEGO De ene efe …suena bien

(Silencio)  

RENE:    Desde ayer que me estoy haciendo una pregunta y no le encuentro solución… ¿qué habrá hecho Lorenzo con toda la tierra que sacó para cavar el túnel?

BILL:    No había pensado en eso… (a Diego) ¿Cuánto mide el túnel?

DIEGO:    Unos veinte metros… es estrecho pero se pasa cómodo.

BILL:    Debe de haber sido una cantidad    enorme de tierra.

RENE:    Además, ¿cómo hizo Lorenzo para mover este armatoste  solo?

DIEGO:    Tiene que haber habido otros.

BILL:    Esto huele trampa  

RENE:    Yo soy inofensivo, no creo que nadie pierda tiempo en deshacerse de mí.

BILL (sarcástico):            A lo mejor la mina de la peritonitis era pariente  de…(pulgar hacia arriba).

DIEGO:    Uy, René, qué cagada sería esa…

MONICA:    (decidida, encarando a Bill). Yo no me fugo, me quedo aquí. Me doy cuenta de que si salimos te pierdo y yo te quiero demasiado. Para nosotras las mujeres lo afectivo es lo más… Prefiero quedarme en este infierno pero con vos. Si esa es la única forma de retenerte voy a denunciar lo que hay detrás del armario.

(RENE hace un ademán de reproche a Bill. Este reacciona y abraza a Mónica).

BILL:    Vamos, tontita, vamos. No me hagas caso. Sabés que me gusta hacerte rabiar porque cuando te enojás te ponés muy linda (le hace arrumacos) Te quiero, esta noche te lo voy a demostar (Mónica lo abraza y lo besa).

DIEGO (azorado)      ¿Cómo esta noche?   

(Silencio)

BILL:    Lo primero es hacer un buen reconocimiento del túnel para planificar mejor las cosas.

DIEGO:    Yo ya fui, que vaya otro.

(Silencio)

RENE (a Bill)     Creo que la persona indicada es usted, yo estoy algo viejo y Mónica es… (vacila) mujer, o como quiera llamárselo.

MÓNICA  (ofendida) Mujer, qué duda hay

BILL:    Está bien, yo iré (entre los cuatro desplazan el armatoste y el hoyo queda nuevamente visible)

RENE:    Tome el tiempo de cuanto tarda desde que entra hasta que sale… y si puede llegue  hasta la boca para ver dónde saldremos… si es fácil que nos descubran o si es posible ocultarse

 ( Bill mira a sus compañeros de celda e inicia el movimiento de salida).

MONICA:    (impulsiva) No, esperá, no quiero que vayas (lo retiene por un brazo)No, no quiero que vayas porque sé que no vas a volver y no te voy a ver más, y yo…

BILL:    (fastidiado) Por favor, Roberto…

MONICA:    (azorada) Roberto, me dijiste Roberto… ¡Pusiste el pie en el túnel y me llamaste Roberto…!

BILL:    Cualquiera se equivoca, che, yo también estoy nervioso.

RENE:    (pensativo) Hay algo en lo que Mónica  (pone énfasis en llamarlo así) tiene razón ¿Qué pasaría con nosotros si al llegar al final del túnel usted se tienta y se escapa?.

BILL:    Me parece que en ésta no tienen  otra alternativa. (Diego tiene en sus manos la cuerda trenzada de Mónica y hace un gesto a Bill para que se la anude. Este  se resiste, entonces  es Mónica quien se la ata a la cintura con muchos nudos. Irónico) La confianza que me tienen es asombrosa.

RENE:    Es uno de los mandamientos de Moisés. No confiarás en nadie

DIEGO ¿En serio que es uno de los…? 

(Bill está por sumergirse en el agujero cuando Diego lo detiene)

DIEGO:     Volvamos a rezarle a Lorenzo (Mónica acepta de inmediato. Esta vez los otros dos también se arrodillan luego de vacilar y con algún pudor).

BILL:                 No sé rezar… mejor dicho me olvidé

RENE:    ¿Qué le pedimos? (vacilación general)
 

MONICA:     Coraje

BILL:    No lo tuve para cambiar a tiempo. Ese es otro de los mandamientos: no demorarás los cambios. 

DIEGO:    Coraje fue tirar ese “caño”

MONICA:     Recen y cállense la boca

(Cada uno reza a su manera. Luego Bill se introduce en el agujero en la pared y es Mónica quien va soltando cuerda a medida que se aleja. Diego y Rene se mantienen  expectantes,ansiosos)

MONICA:    (alarmada) ¡Se paró, ya no avanza…!

DIEGO:    Tirá de la cuerda, a ver si contesta… (Mónica lo hace y luego espera).

MONICA:    No. No contesta.

RENE:    ¿Lo habrán descubierto? (Mónica vuelve a dar tirones y súbitamente la cuerda se afloja).

MONICA:     ¡Se soltó!

DIEGO:    ¡Hijo de puta! (a Mónica) Te dije que era un hijo de puta.

MONICA:    (solloza, desesperada) ¡Amor mío, no me dejes!

RENE:    ¡Silencio, nos van a escuchar!

DIEGO:    Tordo, ¿qué hacemos? (de un impulso, Mónica se introduce en el agujero. Rene y Diego forcejean con ella hasta que logran contenerla y calmarla).

RENE:    Debemos pensar con tranquilidad. Nuestra vida depende de eso.

DIEGO:    ¿Se habrá escapado o lo habrán agarrado?

RENE:     Lo importante es que cuando vengan van a notar su ausencia y nadie podrá convencerlos que no hemos sido nosotros quienes cavamos el túnel…

MÓNICA No vinieron nunca…

DIEGO:    No tenemos otra alternativa que fugarnos, no tenemos.

MONICA¨:    Démosle las gracias a Bill. Se terminaron esos razonamientos de estúpidos y cobardes… Cuando uno está en el infierno y se abre un camino de salvación, tiene que tomarlo (inflamada). No hay excusas.

(Rene y Diego miran a su alrededor como despidiéndose. Mónica se ha sentado ya en el borde del hoyo cuando Bill asoma su cabeza).

MONICA:    (entre decepcionada y alegre). ¡Bill, amorcito! (Bill emerge sacudiéndose la tierra de su ropa y tosiendo para despejar sus pulmones.)

RENE:    ¿Qué pasó con la cuerda?

BILL:    (altivo)  Me la solté, no soy persona para andar atado como un mono. 

MONICA:    ¿Por qué no te escapaste?

BILL:    (vacila) Porque había quedado en volver ¿no? Hubiera sido traicionarlos, y yo seré el rey de los boludos pero no soy traidor. Hasta los fracasados tenemos códigos.

MONICA (algo decepcionada):    No  te animaste…

BILL (irritado) Los de tu investigación estarán anotando “no se animó a salir”.

DIEGO:    (impaciente) Dale, che, contá lo que viste..

BILL:    Desde aquí hasta la salida hay cuatro minutos, más o menos. El desplazamiento es bastante cómodo, el tal Lorenzo trabajó bien.

RENE:    ¿Qué hay a la salida?

BILL:    El túnel sale a algo así como una esquina que me pareció conocida… pero no había nadie, ni autos ni personas, nada… y silencio, un silencio absoluto…

DIEGO: ¿Colectivos?

BILL: Nada, sólo me pareció ver un perro como a una cuadra de distancia, pero no estoy seguro

MONICA:    (en voz baja) Y no te escapaste.

BILL:    Ah, sí, y un papel movido por el viento

(Súbitamente vuelve a a escucharse la voz autoritaria e incomprensible)

BILL:    (muy nervioso) ¡Lo sabe! ¡Sabe que estamos planeando escapar!

DIEGO:    Le tenemos miedo a una grabación. ¿No se dan cuenta que cada vez suena peor?

MÓNICA : No dijo eso, te pareció

BILL:    Vos no escuchás lo que no querés escuchar, lo dijo clarito.
 

RENE:    Siga contando, Bill , siga.

BILL:    (extrae algo de sus ropas) Ví algo muy curioso (hace una pausa de algunos segundos, impresionado) Pocos metros antes de la salida, dos o tres nada más, el túnel se ensancha bastante. Hay espacio para sentarse y hasta para acostarse… (los demás lo escuchan con sumo interés) En el suelo había restos muy viejos de comida. Cajas con sus letras borradas, latas oxidadas como ésta (la muestra)

RENE:    (tomándola en sus manos)Sardinas… (lee con dificultad) “Fampimar”… Hace mucho que desaparecieron del mercado.¿Se acuerdan? (imita un anuncio publicitario) “ ¿Cómo como como? Como como como porque como sardinitas “Fampimar”

MONICA :              (reprochante) “Tordo”, ¿a usted le parece que son momentos para boludeces?

RENÉ (herido) El anuncio era así. Como como como…

BILL:    (vacilante) Había también… huesos… Huesos grandes.   

DIEGO:    Serían de vaca.

RENÉ : Una vaca en medio de la ciudad…

BILL:    (en un susurro) Más chicos …

MONICA:    (se tapa la boca con sus  manos) ¡Lorenzo…!

(Silencio)

RENE:    Quizás haya sido algún vagabundo que aprovechó el túnel para usarlo como vivienda.

MONICA:    (con la lata en la punta de sus  dedos, muy impresionada)  No, eran de Lorenzo, le pasó  lo mismo que a vos amorcito, no se animó a salir. 

BILL:    (amoscado) Yo no quise salir, me escuchás, tarada, no quise, por ustedes

DIEGO:    (apenado) Estábamos a punto de seguirte…

MONICA:    Hubiera sido lo mejor, ya nos hubiéramos escapado y no seguiríamos como idiotas aquí perdiendo el tiempo (se  arranca la peluca, se  masculiniza) 

(Silencio largo)

MÓNICA No es fácil, hay algo de este encierro que nos retiene, que nos resistimos a perder…

RENE:   La libertad atemoriza. De otra manera ¿cómo se explican Hitler, Galtieri? Los dos llenaron plazas … Que sean otros los que decidan por nosotros (señala con su pulgar hacia arriba)

MONICA: Echarles la culpa de lo que nos pasa. Yo a haber nacido con las hormonas cambiadas, vos ( a Bill) a tu cobardía , vos ,,, (a René, se interrumpe)

RENÉ Sí, ya sé, lo de la firma no me justifica. Es sólo un buen pretexto   

(Silencio)

BILL:  (golpeando la mesa, como  despertando) Está bien, basta  de vacilar, vamos a planear la fuga…

MONICA:    ¿Planear? Es cuestión de correr la mierda ésa, meterse en el agujero, arrastrarse hasta la salida y empezar a correr.

(Una mujer aparece en la boca del túnel. su rostro semicubierto por un barbijo. Los demás la miran asombrados)

MUJER  (dice algo como saludo, no se entiende lo que dice . Nunca se entenderá lo que dice ) Mmmmmffff

BILL (alelado) Hola ¿Quién sos?

MUJER (confundida, algo asustada) Mmmmmmfffff (MÓNICA le hace señas para que se quite el barbijo. Mujer responde aterrada ) Mfffff

MÓNICA (a los demás ) ¿Qué hacemos?

RENÉE Aquí no cabe una persona más

MUJER (comprende lo que dicen y hace señas muy expresivas de alguien se tiene que ir)

BILL Viene a remplazar a uno de nosotros 

RENÉE  (firme) Lo mejor es que se vaya ella

(Los cuatro se aprestan a abalanzarse sobre ella. MUJER toma un revólver de su cartera y los amenaza)

BILL (apaciguándola) Tranquila…justamente estábamos resolviendo el tema… tratando de resolverlo

RENÉ ¿A usted la mandaron aquí como premio o castigo?

MUJER (responde larga e incomprensiblemente) MMmmmfffffffff

MÓNICA Este es el infierno

RENE:  Alguno se tiene que ir.   Empleemos la razón, busquemos la justicia. Seamos ecuánimes entre nosotros.

BILL:    Tiene razón el “tordo”, alguno de nosotros tiene más razón que otros para salvarse.

DIEGO:    (impaciente) Votemos, entonces.

RENE:    ¿Votar qué?

MÓNICA:    Si es por sorteo o por… (vacila)

BILL:    Por lógica.

MONICA:    Por lógica.

DIEGO:    Los que están por el sorteo que levanten la mano (la levantan Mónica y él)

BILL:     (burlón, hostil, a MUJER ) ¡Viste qué bien se llevan estos dos! Una maravilla

MONICA:    Empatamos.   

(Silencio)

RENE:    El derecho me corresponde porque de todos nosotros el que más beneficios puede hacer a la humanidad soy yo, porque me voy a recibir de médico y voy a ser un buen médico 

BILL: Usted no va a cambiar. Cambiar es un acto heroico y ninguno de nosotros tiene pasta de héroe. Usted va a seguir haciendo lo que hizo hasta ahora   

 DIEGO Sería mejor que escuchásemos los argumentos de cada uno sin discutir.

MONICA:    (entra en el juego) Podríamos dar puntaje, como en la tele, y el que junta más puntos, gana ( hurga hasta encontrar un cuaderno al que arranca hojas que distribuye para cada uno).

BILL:    Mi turno. Yo tengo que tener más chance que ustedes porque soy el único que tienen posibilidades de ganar buena “mosca”. Cuando sea rico me comprometo a conseguirles su libertad.

RENE:    Todo hombre tiene su precio, decía Napoleón.

BILL:    Las mujeres también. Hay muchas en puestos importantes. La estrategia es un poco diferente  (Mónica anota y luego hará circular un lápiz entre los demás) Ah, me olvidé de decirles que a la salida del túnel hay otra inscripción…en realidad es la misma pero está completa (saca un  papel de su bolsillo)  No era “mister mumú” sino  algo extraño (lee con dificultad) “Miserrimum est timere…”.

RENE:     Eso es latín.

BILL:     “Miserrimum est timere, cum speres nihil”.

RENE:    (impresionado) “La mayor miseria es tener miedo cuando no hay nada  que perder”… Apostaría a que es de Séneca. 

MONICA:    (iluminada) ¡Es lo mismo que yo dije hace un rato! ¡Un mensaje de Lorenzo!  Ahora me toca argumentar a mí. No perdamos más tiempo.

DIEGO:    No, a mi

(Silencio. Como si los demás se hubieran puesto de acuerdo tácitamente)

BILL (sincero) Escuchame Dieguito, a mí me gusta joderte, es mi única diversión,  pero sos el único de nosotros capaz de hacer un caño cuando lo prudente era no hacerlo (a MUJER ) Hizo un caño memorable

(Mujer hace señas de que no comprende)

BILL Mostrale cómo fue

(Durante unos segundos Diego no sabe qué hacer. Después se para frente a Bill, amaga pasarlo por un lado, Bill abre las piernas para impedirlo y Diego le empuja la pelota imaginaria entre las piernas. Bill le hace un violento fault.  Mónica lo atiende )

RENÉ  Bill tiene razón. Además usted es joven, tiene tiempo para equivocarse muchas veces todavía. Además es un buen pibe, cae bien…menos a Bill, claro (Bill sonríe) . Hágale caso a Mónica y ponga la escuelita de fútbol. 

BILL (con simpatía) Y no te subas más al estribo de un colectivo lleno de hinchas desaforados

DIEGO (conmovido)  Voy a  intentarlo. 

BILL  Ponele huevo

DIEGO (asustado y esperanzado) ¿Les parece que voy a poder?

MONICA (cariñosa) Vale la pena que lo intentes

DIEGO (conmovido) Gracias (a MUJER)  ¿Qué hay afuera?

MUJER (da una larga, alarmada  e incomprensible explicación. Por señas se refiere a un perro lejano y a un papel a merced del viento)

DIEGO (comienza a introducirse en el agujero) ¿Premio o castigo?

RENÉ (serio) Pronto lo va a saber

DIEGO (a Mónica) ¿Venís? 

( MÓNICA en un principio niega con la cabeza, aferrada a Bill. Diego insiste en un diálogo gestual.  MÓNICA sigue negándose cada vez con menos convicción. Bill en un principio la retiene pero por fin la deja ir, entre tierno y violento. MÓNICA se une a DIEGO y pasea la mirada por lo demás despidiéndose. Luego junto a DIEGO desaparece por el túnel)

RENE ( en voz baja) Acuérdese  de ponerle “Don Cosme”.

RENE Y BILL colaboran para volver a tapar el agujero. La MUJER ayuda)

MUJER hurga en su bolso y saca barbijos para cada uno. Se los ponen. Los tres  hablan y no se entiende lo que dicen. 

APAGÓN

(Se escucha la estentórea voz nazi, a muy alto volumen)       

                          

 

 

 

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