LA IMPORTANCIA DE BAILÉN
El 19 de julio de 1808 tropas españolas capitaneadas por el General Francisco Javier Castaños, formadas en parte por reclutas sin experiencia, enfrentaron al invicto y experimentado ejército napoleónico encabezado por el general francés Pierre Dupont, que había ganado prestigio en anteriores campañas y que venía de triunfar en la batalla del Puente de Alcolea, luego de la cual saqueó sangrientamente la ciudad de Córdoba el 18 de junio.
Lo que se disputaron ambos ejércitos en Bailén fue la vía de comunicación entre Madrid y Andalucía, en especial el paso de Despeñaperros, los franceses para mantenerla despejada y los españoles para bloquearla y así aislar a Dupont y sus fuerzas.
En el resultado final fue decisiva la participación de vecinas y vecinas que ayudaron a las tropas patriotas aliviándolas del cansancio y la sed que provocaba un calor atormentador que hizo estragos en las filas enemigas. En el escudo de la ciudad puede verse una escudilla rota que recuerda aquellas con las que transportaban el agua que aliviaba los pesares de los combatientes.
La gran importancia de Bailén fue que significó la primera derrota de la hasta entonces imbatible Grande Armée napoleónica. Ello determinó que de allí en más los enemigos enfrentaran al emperador de Francia con mayor esperanza y combatividad, como lo demostró pocas semanas después la victoria de tropas inglesas comandadas por Lord Wellington en Vimeiro, Portugal, ante el general francés Junot.. Además, estratégicamente, la batalla abrió el camino hacia Madrid a los insurrectos provocando que José I, el hermano de Napoleón coronado rey de España, tuviera que retirarse hasta Vitoria por su seguridad y luego de algunos contrastes regresaría a Francia con las tropas que no hacía mucho se habían cubierto de gloria en Austerlitz y en Friedland.
El general francés Foy escribiría en su “Historia de la Guerra en la Península”: “Cuando Napoleón se enteró del desastre de Bailén derramó lágrimas de sangre sobre sus águilas humilladas, sobre el honor de las armas francesas ultrajadas”. La furia del corso contra Dupont y sus oficiales hizo que recruzara la frontera española al frente de un inmenso ejército de 250.000 hombres para conjurar la insurrección. Ello lo hizo debilitar sus otros frentes beligerantes lo que fue aprovechado por ingleses, rusos, austríacos y prusianos. No es aventurado entonces afirmar que Bailén fue una circunstancia clave que preanunció el derrumbe del Imperio napoleónico que hasta entonces parecía indestructible y eterno.
En Bailén se destacó un capitán del Regimiento de Borbón, en la Primera División al mando del general Teodoro Reding. Lo hizo con coraje y disciplina haciéndose merecedor al ascenso a teniente coronel, grado con el que cuatro años después desembarcaría en el Río de la Plata para combatir contra el reino de España. Su nombre: José de San Martín.