El día que asesinaron al Che (documental)
Reconstruye la acción del Che a partir de numerosos testimonios y con imágenes actuales y de la época. O’Donnell estuvo en Bolivia, donde realizó entrevistas a testigos de aquellos episodios. Además, tuvo acceso al diario que Guevara escribió entre fines de 1966 y octubre de 1967, y que se conserva en el Banco Central de Bolivia.
Ernesto Che Guevara murió el 9 de octubre de 1967 cuando recibió los disparos efectuados por el sargento Marto Terán en una pequeña escuela de La Higuera, Bolivia. Poco después, oficiales del Ejército exhibieron su cadáver en Vallegrande, pero los restos recién fueron encontrados en julio de 1997, en una fosa común.
Entre las entrevistas de O’Donnell se encuentra la del biógrafo Pierre Kalfon, quien explica los motivos que llevaron al Che a luchar en la selva boliviana. En 1965, Guevara criticó a la URSS por no respaldar la lucha armada. Luchó en el Congo y regresó a Cuba, con una identidad falsa. Prácticamente, ya no contaba con apoyo político.
A fines de 1966, llegó a Bolivia, junto con combatientes cubanos y bolivianos. Para conocer esta etapa resulta de gran importancia el relato de Daniel Alarcón, uno de los guerrilleros que sobrevivieron a la campaña. La permanencia del Che y de sus 17 hombres en el sur boliviano no fue fácil. Librados a su suerte sufrieron el hambre y la sed. Además, Guevara tenía ataques de asma.
Para mediados de 1967 la situación se tornó casi insostenible: el grupo guerrillero había quedado aislado y el cerco militar era cada vez más estrecho. Los testimonios de Alarcón, de Bernardo Tamayo, otro compañero de armas de Guevara, y de Gary Prado, quien estuvo al mando de las tropas que rastrillaban el sur boliviano, son esclarecedores.
Finalmente, en octubre de 1967, en la Quebrada del Churo, se produjo el encuentro entre las tropas y los 17 guerrilleros, quienes a esa altura estaban famélicos. “Más valgo vivo que muerto”· dijo Guevara al entregarse. Pero sus captores no le hicieron caso: lo llevaron hasta una pequeña escuela y lo fusilaron. Moría el hombre y nacía el mito.